Había un maestro de construcción y esta persona había trabajado por muchos muchos años en una compañía y después de estar trabajando tanto tiempo en esta compañía, él dijo “bueno yo creo que ya voy a dejar de trabajar, ya me voy a retirar, estoy cansado” el maestro fue hasta donde estaba el dueño de la compañía y le dijo “patrón ya no quiero trabajar más, me retiro” y el dueño de la compañía le dijo “¿pero por qué?” Y el maestro le explico toda la situación, el dueño de la compañía le dijo al maestro “bueno está bien, pero necesito que me hagas un favor, hazme la última casa, que tú eres el mejor maestro que tenemos en la compañía, tú eres una persona increíblemente para hacer casas entonces necesito que me hagas la última” el maestro le contesto “bueno patrón yo le ayudo a hacer la última casa”
Entonces el maestro empezó a hacer la casa, como ya se quería ir estaba todo desganado haciendo todas las cosas a las patadas como dicen por ahí, tenía que comprar los materiales y compraba los materiales de peor calidad, al chequear el trabajo de las otras personas que trabajan con él si veía una pared torcida les decía “déjenla así, no importa así está bien” si de pronto al día siguiente no llegaba algún trabajador el maestro decía “no, no importa” al maestro no le importaba cuanto se demoraba en terminar la casa, que tan buenos eran los materiales, que tan de buena calidad estaba quedando la casa, en comparación a como había sido toda la vida porque había sido un trabajador excelente, pero ahora era todo lo contrario, así siguió y siguió y siguió y poquito a poquito fue terminando la casa.
La casa quedo más pintada en un lado, despintada por el otro, chueca por aquí, materiales que no sabían si el piso se fuera a caer en el futuro, una casa en realidad muy regular.
El maestro llego donde le patrón y le dijo “bueno jefe aquí esta su casa, ahora si ya me voy” entonces le entregó las llaves de la casa al patrón y le dijo “ya puede hacer con la casa lo que usted quiera, yo ya me retiro, muchas gracias patrón” entonces el patrón llego y le dijo “no te vayas todavía, porque esta llave de esta casa es para ti, esta es tú casa que te la doy por todo el trabajo y todo lo que nos has ayudado en tantos años de vida en esta compañía”
¿Sabes que hizo el trabajador? ¡Quedo boquiabierto y sorprendido! Inmediatamente empezó a pensar, hay, pero le puse los materiales más malos, pero las paredes quedaron chuecas, pero no la termine de pintar bien, noooo y ¿la casa es para mí?
Moraleja: Todas las personas no nos damos cuenta que diariamente estamos construyendo nuestro futuro, estamos construyendo nuestra casa. Las acciones que pusiste hoy, las acciones que pusiste ayer y las acciones que pones mañana son ladrillitos que estas poniendo en ese futuro que estas construyendo.
¿Lo estás haciendo con buena calidad, lo estás haciendo con buenos materiales, lo estás haciendo con buena actitud? ¿Cuál es el futuro que te estas construyendo?
¡Recuerda que tus acciones del día de hoy están llevándote a la llave de tu casa, a la llave de tu futuro!
Así que no hagas como lo hizo el maestro de la historia, has hoy lo mejor que tu puedas hacer y mañana trata de mejorar lo que hiciste hoy, pasado mañana trata de mejorar lo que vas a hacer mañana y la otra semana trata de mejorar lo que hiciste esta semana. Porque tú no eres una persona ordinaria que quiere tener resultados ordinarios. Tú eres una persona extraordinaria que quiere tener resultados extraordinarios, así que cuando pienses en tu futuro piensa en la llave de la casa que estas construyendo el día de hoy.
Espero que esta historia haya dejado una huella en tu vida. Con cariño Guillermo Zuluaga.