Esta es una historia acerca de un grupo de ranitas, estas ranitas iban caminando una detrás de la otra y de un momento a otro dos ranitas se caen dentro de un hueco, trataban de saltar pero no podían salir.
Las otras ranitas cuando se dan cuenta se preguntan “¿Dónde están nuestras amigas?” y se devuelven a buscarlas y las ven en ese hueco, ese hueco era muy hondo, ellas no podían meterse a sacarlas porque les daba miedo que tampoco pudieran salir. Entonces las dos ranitas que habían caído empiezan a saltar y a saltar intentando salir y las ranitas que están arriba como ven que no las pueden sacar dicen “estas ranitas ya se murieron, ya no hay nada que hacer” y empiezan a decirles a las dos ranitas “no van a poder salir, se van a quedar allá abajo, no traten de saltar más, no van a ser capaces, mejor siéntense a descansar que ya no tienen nada más que hacer” les decían todo esto con un gran negativismo.
Entonces de las dos ranitas que estaban tratando de salir, una de ellas al escuchar lo que decían las ranitas que estaban afuera decide quedarse sentada, muy desmotivada y se muere hay solita. Pero la otra ranita siguió saltando y cada vez saltaba más duro y las ranitas que estaban afuera le decían “pero es que te vas a morir, no vas a poder salir” y mientras estas ranitas más le decían la ranita más duro saltaba y más duro trataba.
De un momento a otro la ranita salto y logro salir. ¿Saben que pasaba? Que esta ranita que salto y salió era sorda y ella no estaba escuchando las otras ranitas cuando le estaban diciendo “que te vas a morir, que no vas a poder salir, que te vas a quedar allá adentro” Ella pensaba que le estaban diciendo “sal, tú puedes, échale más ganas, ya casi sales, aquí te estamos esperando, queremos que salgas, no queremos que te pase nada” y la ranita salió.
Moraleja: Esta historia nos deja dos moralejas.
La primera es: escucha tu voz interior, no escuches a los demás, no escuches el negativismo, échate aceite para que el negativismo te resbale, escucha lo positivo llénate de positivismo y siempre trata de alcanzar tus metas.
La segunda moraleja que también es muy importante es: recuerda que con tus palabras y con tú positivismo, puedes animar y cambiar la vida de otras personas.
Espero que esta historia haya dejado una huella en tu vida. Con cariño Guillermo Zuluaga.