Esta es la historia de una persona que vivía en una casa muy bonita, una casa que él arreglaba mucho, le ponía flores, tenía un jardín bonito, la pintaba, era una casa preciosa. Esta persona que vivía en esta casa tenía un corazón muy grande y muy alegre.
Al lado vivía un vecino en una casa feíta, muy desarreglada, el jardín tenía el pasto todo crecido porque nunca lo atendía. La persona que vivía en esta casa era completamente envidiosa, porque cuando veía a su vecino en esa casa tan bonita, él no se aguantaba que su vecino tuviera una casa tan bonita y la de él fuera tan fea.
Entonces un día el vecino envidioso de rabia, cogió una cubeta y la lleno de la basura que él tenía en su jardín, porque como nunca lo arreglaba tenia de sobra.
Cogió esa cubeta y se la tiro en frente de la casa de su vecino, toda la basura que contenía la cubeta quedo tirada en la casa del vecino, la cubeta también quedó por ahí tirada y al terminar se fue con su rabia.
Cuando llego el vecino de la casa bonita y vio esa basura tirada en el piso con esa cubeta, él simplemente empezó a recoger la basura, la puso en la cubeta y fue y tiro la basura.
Después lavo la cubeta, la limpio y la brillo hasta que quedara muy bonita, se fue a la parte de atrás de su casa y empezó a bajar manzanas y naranjas, todas las frutas que tenía y lleno esa cubeta con las frutas más bonitas que él tenía en su casa.
Luego se las llevó al vecino, toco a su puerta y se las dio, el vecino todo envidioso le dijo “¿y usted por qué me trae frutas si yo le acabo de tirar un motón de basura en su casa?” y el vecino simplemente le dijo “cada uno de nosotros da lo que tiene en su corazón”
Moraleja: Analiza tú forma de pensar y la forma con la cual actúas con los demás.
Espero que esta historia haya dejado una huella en tu vida. Con cariño Guillermo Zuluaga.
